El testigo es aquella persona, nacional o extranjera, que presta testimonio sobre hechos objeto de litigiosidad, conocidos por él por diferentes razones y que pueden servir de prueba en un procedimiento judicial a la hora de su resolución.
Toda persona que tenga conocimiento, directa o indirectamente, de hechos objeto de un proceso relevante para la resolución del asunto y sea citada por la autoridad judicial, bien porque así lo ha acordado de oficio el juez o bien porque así lo ha solicitado el fiscal o las partes, podrá ser considerado como testigo judicial.
Básicamente se pueden distinguir dos clases de testigos:
Las principales características de la figura del testigo son:
El testigo judicial tiene como principales ámbitos de intervención el proceso civil y el proceso penal, pero también es importante su intervención jurisdicción social y contencioso-administrativa.
En el ámbito penal se prevén medidas especiales de protección para los testigos cuando la autoridad judicial aprecie racionalmente un peligro grave para el testigo, su cónyuge o persona a quien se halle ligado por análoga relación de afectividad o sus ascendientes, descendientes o hermanos.
Podrán ser testigos todas las personas en general, con las siguientes particularidades: